Topaz, de Leon Uris

Ambientada en la época de la guerra fría, la novela comienza con la deserción de un alto cargo del KGB de la Unión Soviética que solicita asilo norteamericano a Michael Nordstrom, un agente de la CIA, a cambio de proporcionar información a E.E.U.U. Este desertor ama a Rusia y su traición no es debida a deslealtad por su parte sino a que su vida y la de su familia estaban amenazadas. Por este motivo les da a los americanos la información que les ha prometido con cuentagotas y muchas reticencias, hasta el punto de que éstos, al vislumbrar que se trata de algo importante, se ven obligados a investigar sobre lo poco que les dice para intentar desvelar el misterio.

El desertor impone como condición sine qua non la presencia de André Deveraux, un agente francés destinado en Washington que está muy introducido en Cuba y tiene personal infiltrado a sus órdenes allí, para seguir dándoles información. Durante los interrogatorios descubren que algo gordo se cuece bajo el nombre en clave de TOPAZ, que los rusos están equipando un arsenal nuclear en Cuba, y la existencia de un agente doble que trabaja para la OTAN y pasa secretos de estado a la Unión Soviética.

Así las cosas, Deveraux deberá acudir a Cuba para conseguir pruebas que demuestren que los rusos se están armando allí e intentar desenmascarar al topo. Allí se verá apoyado por Juanita de Córdoba, una agente de su red, además de su amante, que si bien es respetada y querida en Cuba por ser la hija y la viuda de dos héroes de la revolución, la amistad que le une a él ha hecho recaer sobre ella las sospechas de la cúpula de Fidel Castro.

Ése es un resumen del argumento de una novela fantástica del género de espionaje sobre la época posterior a la IIGM, y antes de la caída del muro y de la disolución de la Unión Soviética, que nos mantiene en vilo desde el principio hasta el final. Como novela de este tipo debo decir que no le veo pegas; es genial, ágil, intrigante, de fácil seguimiento pese a los muchos personajes y situaciones, está bien tramada, bien escrita y bien rematada.

La trama, siendo una historia de espionaje común en la época, no peca de excesivos tópicos y tiene carácter propio. Los personajes, bien situados y descritos, perfilan sus papeles y dan cuerpo a la trama sin demasiada originalidad, tal vez por tantas y tantas películas de espionaje que nos hemos tragado a estas alturas los de "nuestra generación" (para más señas, los que somos clasificados como cuarentones), pero indudablemente con personalidad.

Sin embargo, no puedo resistirme a decir que me ha disgustado el tratamiento que se le da a la mujer a lo largo de toda la historia, en sus diferentes roles, más bien machista y retrógrado. ¿Qué quieres? –me decía cada vez que una observación machista me molestaba en grado sumo-, en ese tiempo (la novela se publicó en 1967) las cosas eran así...

El autor, novelista norteamericano de origen judío y ascendencia polaca que, desde que nació en 1923 hasta que murió en 2003, escribió otras 16 novelas, todas ellas grandes éxitos de ventas y algunas llevadas al cine, como por ejemplo ésta, dirigida por Alfred Hitchcok. Y, aunque dicen que ésta es su peor novela, para mi, si sois capaces de pasar por alto esos “detallitos” sexistas, y el hecho de que a estas alturas el tema está ya desfasado y ahora es políticamente incorrecto (salvo, todavía, en las pelis estadounidenses) proponer que los rusos sean los malos y los demás los buenos, la novela es totalmente recomendable.