Marbenes

Marbenes
Ésta soy yo, tenía un mal día...

Loca de amor, de Catherine Hermary-Vieille

“Vámonos muerte mía a otra parte
para hablar de locura.
Puesto que no tenemos ya
lugar en la ronda.
Sin nosotros florece el cielo, sin nosotros
ruge el torrente.
Aquí estamos para siempre
ajenos a este mundo.
Porque Granada nos olvida.”

Aragón

Aquí traigo un resumen de lo que sentí y aprendí al leer una historia más sobre la llamada Juana “la loca”, que fuera archiduquesa de los borgoñones, y reina de Castilla y Aragón sólo de nombre, pues nunca le interesaron lo más mínimo ni el poder ni sus reinos. En este caso diría que es una historia novelada o una novela histórica ya que está muy bien documentada pero en ningún caso es un ensayo ni una biografía como tal.

Contada por un narrador anónimo e impersonal, logra así la omnipresencia, pues lo mismo presta oídos de primera mano a los recónditos pensamientos de Juana I de Trastámara que a las intrigas de Fernando II, a las preocupaciones de la que fuera la más grande reina de España, Isabel I, a los devaneos del pérfido a la vez que hermoso Felipe I de Habsburgo, a las traiciones de Martín de Moxica, a los cotilleos de las damas y caballeros de la corte, a las dudas de Carlos I de España, a la soberbia despechada de Cristóbal Colón o, entre otros, a las conspiraciones de los carceleros que la custodiaban.

Sin embargo, si bien nos relata con maestría y fundamento los hechos más importantes de la época y nos muestra con precioso detalle a los personajes secundarios, se centra en Juana como el personaje principal y fundamental de la novela. La autora nos presenta una visión íntima y muy personal sobre una vida desaprovechada y triste. La vida de alguien que tuvo al alcance de sus manos el reino más grande jamás conocido y lo despreció e ignoró como se desdeña una mota de polvo; es más, deja entrever que a ella, más que cualquier otra cosa, le sorprendía tener acceso y derecho a tales títulos que creía que sólo su madre merecía y que nunca le corresponderían a ella. La existencia de quien nada material deseó para sí y que fue engañada precisamente por aquellos a quienes pretendía entregar el poder y la gloria que le correspondían por derecho de nacimiento. La supervivencia de la que pasó de vivir en la opulencia de una ostentosa corte a malvivir encerrada, maltratada, olvidada por los demás y abandonada de sí misma.

Según pasamos las páginas de este conmovedor relato vamos descubriendo a una mujer que si no estuvo loca por demencia innata o hereditaria sí lo estuvo por amor. Su desmedida necesidad de afecto combinada con el desmesurado orgullo que le inculcó su madre le impidieron conciliar sus pasiones con sus desilusiones. Siempre deseó ser amada, primero por su padre al que adoraba infantilmente y por su madre a quien admiraba profundamente, y más tarde por su esposo y –nos cuenta la autora- aún eso estuvo en su mano si sólo se hubiera mostrado esquiva y difícil de conquistar ante el mujeriego que le tocó por marido pero, al entregarse sumisa y desesperadamente a él, paradójicamente perdió su posibilidad de recibir el tan ansiado amor.

Nos pincela a una Isabel tan enamorada de su marido como afligida y resignada por sus infidelidades, siempre preocupada por el bienestar de su pueblo, hábil y diestra en los manejos políticos que, adelantada a su época, no se deja intimidar ni manejar por ningún hombre. A un Fernando más débil y más sensible emocionalmente que su mujer, enamorado de ella –pese a su mojigatería- por la admiración que le despiertan su inteligencia y valía, intrigante, manipulador y engañoso, capaz de cualquier infamia por conseguir sus propósitos. A un Felipe atolondrado para unas cosas y astuto para otras, ávido de poder y entregado a perseguir los placeres de la vida. A una Juana inteligente, retraída, emocional, vulnerable y pasional, que antepone el amor que siente por Felipe incluso al que debería por natura sentir por sus hijos (a los que apenas conoce), y que sufre porque es incapaz de conjurar a su orgullo para lograr disimular sus sentimientos ni de conseguir que la amen como ella ama. Y, en definitiva, a unos personajes típicos de ese período histórico, abandonados a intrigas y confabulaciones para mejor lidiar su suerte.

De la autora poco he podido averiguar excepto que es una novelista y biógrafa francesa, nacida en París en 1948, y que cuenta con una amplia bibliografía en su haber. Y, en cualquier caso, lo que yo puedo decir tras la lectura de este libro, es que se trata de una escritora sensible que evita la afectación y que profundiza en la veracidad histórica a la vez que crea un entramado de ficción que deja al lector (en este caso yo) literalmente pegado a sus hojas hasta el final.

Colección: Últimos Éxitos de la Novela Histórica
Título original: “Un amour fou”
Traducción: Manuel Serrat Crespo
© Olivier Orban, París, 1991
© Ediciones Martínez Roca, S.A., 1992, 2000
© de esta edición
Editorial Planeta-DeAgostini, S.A., 2002
ISBN: 84-395-9836-X
Depósito legal: B.37.300-2002
335 páginas

2 comentarios:

  1. MUCHAS GRACIAS. ME HA ENCANTADO.

    ResponderEliminar
  2. Al contrario, Anónimo, gracias a ti por leer mi reseña. Me alegra que te haya gustado.

    ResponderEliminar